“Crítica parasitaria, crítica autónoma. La primera prolonga de algún modo la noción pragmático-burguesa del arte, que en su versión más radical lo considera un artículo accesorio y complementario, valioso como fuente de disfrute y como adorno para el salón o la conversación “culta”. En esta perspectiva, la crítica es otra modalidad de esta conversación “culta”, que nos informa sobre el autor, nos ayuda a “entender” la obra y hasta puede –por qué no– ahorramos el trabajo de leer, sobre todo si se trata de obras muy largas o difíciles. La segunda, por el contrario, parte del principio de que el arte y la literatura son componentes básicos y necesarios del proceso de humanización del hombre, y que en ellos se registra su proyección más noble y autentificadora. De allí que la crítica no pueda quedarse en la glosa más o menos culta del texto, sino que busque un conocimiento comprensivo de la producción literaria, no aislándola sino reintegrándola al conjunto de la actividad del hombre, del hombre concreto, social e histórico.”
#OccupyHE
Axé.